viernes, 6 de abril de 2012

En búsqueda del bien personal y colectivo

El bien enfocado como un logro que se da al tener un beneficio emocional, físico o espiritual, se puede aterrizar en el bien del hombre y el bien de la colectividad. La perfección es algo que ennoblece al ser humano porque lo acerca a Dios, a lo que -al considerar Su existencia- es empíricamente perfecto. La perfección humana en el bien, no es algo que se logre con facilidad y mucho menos con rapidez, de la noche a la mañana. Es un proceso que encierra puntos clave tanto para el mejoramiento de la persona como de su entorno.




El buscar el bien, hace que lo que está bien esté mejor, poco o mucho y que en un proceso, que en palabras de Shakespeare un poco desmotivante, "procurando lo mejor, estropeamos a menudo lo que está bien". Y ese será un dilema con el que no estamos de acuerdo, contrario a lo que podríamos pensar, porque si procuras el bien, habra frutos de bien y esto abordaremos con algunas ideas en esta entrada.

La vida humana está llena de imperfecciones. Imperfecciones que dan el toque humano a la persona. Sin imperfecciones, además de que la humanidad sería como el cielo o el karma budista, no podríamos mejorar el mundo. Indudablemente, lo que rodea al ser humano no es perfecto, pero es la propia imperfección humana, la que motiva a mejorar lo que le rodea empezando por sí mismo: lo que es mejor siempre redituará en mejores resultados para cualquier parte que se quiera ver. Sin embargo, las imperfecciones, como todo "mal" si somos estrictos, deben ayudar al ser humano a ser consciente y pleno de que primero, existen, y luego de que inexpugnablemente puede haber una "lucha interna" por querer mejorar, a pesar de que el mundo no camine como deberíamos impulsarlo, éste es un mundo que reclama mejoras perseverantes y permanentes, en lo personal, político, económico, social y cultural.

Pero ¿Por qué mejorar? ¿Por qué no dejar las cosas como están? ¿Por qué avanzar en vez de detenernos? La vida, como lo que se constituye en cada ser humano, es cambiante. Las cosas no van a ser mejor mañana si no nos disponemos a actuar en consecuencia.

Hoy se nos habla que hay que estar abiertos al cambio, a la adaptación y a la "ley del más fuerte". Sin duda, que no podemos partir, que nosotros creemos que si mejoramos podemos al mismo tiempo, empeorar el orden establecido de las cosas y con ello generar discordias y enfrentamientos. Ya lo decía un israelita que vivió hace 2000 años, Jesús: "No he venido a traer la paz sino la guerra", esto por un lado. Por el otro, la frase de Shakespeare es desmotivante y oscura. Porque, no invita a hacer lo que él hizo: crear obras literarias de gran envergadura o ser uno de los más improtantes novelistas de todos los tiempos. Cómo motivarse en este mundo? ¿Cómo adaptarse?

A pesar de que tengamos en el plano personal, como decíamos, errores e imperfecciones, debemos buscar erradicarlas, mejorarlas tanto en el plano personal y grupal. En qué consiste, por una parte, esa "lucha interna" que mencionábamos que debe ser perseverante y permamente. Consiste en que debemos identificar nuestras falencias y a partir de ellas, evitarlas o más bien, sería superponerlas con una virtud. Por ejemplo, si me cuesta trabajo levantarme, debo ponerme una rutina de pararme más temprano y hacer un poco de ejercicio. Esto en el plano personal en cualquier ámbito que se relacione. Por otra parte, en el plano colectivo, debe existir inicialmente, cierto jefe que diriga, conduzca. Como diría Gastón Courtois en el Arte de dirigir, el jefe, es el principio y punto de cohesión de todo grupo humano. Partiendo de esto, para que un grupo sea eficiente y eficaz, se deben de sacar adelante las fortalezas y virtudes de los miembros del grupo humano. Sin duda, habrá diversidad. Ésto además de no ser obstáculo sino una fuerza, es un punto de cohesión que nos motiva a que el grupo esté con ideas constantes y con propuestas que mejoren el accionar -indivicual y colectivo- del mismo. Los errores pueden o hacerte sentir el ser más vil y no reconocércele su virtud. Y en grupo, estas falencias se deben superponer para construir -entre todos- un resultado final enriquecido, comprenetado y mejor que el que se hubiera dado con la participación de una o dos personas. El error, debe ser un área no sólo de oportunidad sino de aprendizaje.

Es así, como trabajando y bregando, el bien se materializa en un bien superior. A qué me refiero: el bien común, A que el bien individual es importante, pero lo es más gratificante un bien común [colectivo] conjuntado con el bien personal. De ahí partiremos para que trabaje sólo o en equipo, el beneficio ha de constituirse en coadyuvar al bien de la colectividad con la consigna de que me beneficio yo pero también beneficio a la comunidad.



La perfección no debe ser lo más importante porque, muchas veces provoca miedos a no hacer las cosas bien y tilda tu actuar por uno que no es completamente libre. Lo que debemos buscar es la perfección, en el amor, muy diferente a lo que podría ser la perfección teórica. Es sólo así que las leyes se cumplen a la par que no existe un apego por absolutizarlas y somos, en el bien como individio o colectivamente, plenamente libres. El bien, es un don que nos acerca más a los demás [comunidad] y a Dios, nuestra lucha debe ser en pro de una adaptación a los tiempos que nos motiven a "dar algo" cada día, enfocándonos en 'ser' más que en 'hacer' para que el bien que construyamos o sembremos hoy, sea germen de verdad en este momento histórico que estamos por vivir en este 2012.