domingo, 28 de julio de 2013

La certeza, ¿existe o no podemos tenerla? (2/3)

La certeza se puede conocer. No obstante, dejando a un lado el conocer en la vida cotidiana, nos aventamos a un precipicio sin fondo, por qué. Por que no tenemos certidumbre. El saber implica el actuar  y el uno ha de proseguir con la correcta apropiación del conocimiento y, el segundo, un adecuado actuar personal y comunitario. Con ambos sujetamos el conocimiento. La certeza es cognosible. 

Para saber, tenemos que escuchar, leer y hacer. Tres aspectos que yacen en cada ser humano del mundo. Desde que nacemos descubrimos con lo sensorial el entorno (risas, juegos, comer, etc.). Quien lee un libro, un artículo electrónico, una revista especializada y un blog invierte su tiempo con visión y certeza. El trabajo es más fácil si conocemos lo fundamental. Debemos conocer para actuar y actuar para conocer. En lo cotidiano podemos vivir las dos. Pero primero debemos conocer, para luego con certeza, actuar de forma positiva.  

Sin embargo, si no actuamos, seguimos rumbo al abismo que mencionábamos al inicio, si no pareceríamos vegetales; pero tengamos la seguridad de que en algún momento hubo tierra. Saber que existe el suelo que lo logré ver antes de ir en caída libre; por supuesto ahora está sobre mi cabeza, no puede ser negado. El piso, es una realidad que si no asumimos, estamos rumbo a la nada. Es mejor, ir a un lugar, concreto que viajar sin destino en lo personal, familiar y comunitario del convivir humano.

La garantía del camino la emprendes cada día. Podrás volar y navegar. Sin embargo, el conocer tu punto de llegada, aunque no sepas cómo será en sus detalles, hacia una realidad futura particular, da la proyección y seguridad para seguir. El andar de tu propia persona, es un continuo aprender en la vereda citadina o rural. La carretera puede ser amplia y sorteable, sí así lo hacemos. 

Abordemos la autopista con la fineza del auto nuevo. La realidad en el ser humano es más extensa porque su suceder está más apostado a prefigurar. Ese extrapolar, de poco provecho es si no se ubica en la carretera puesto que sigues en el abismo y no has arribado a firme. 

La búsqueda del camino correcto da la certeza. El camino es sinuoso. La certeza es por tanto sinuosa, pero en ese caminar en curvas, hay gnosis, es decir, conocimiento para descubrir lo que el amor moral nos guía (de lo cual hablaremos en otra entrada). No obstante, el aprendizaje puede darse de manera personal o comunitaria. Es personal, porque por ejemplo, puedes leer. Es comunitaria v.g. porque podemos escuchar. Es ambas porque hacemos o realizamos. De ahí que la idea de hacer certero, es más poderosa que cualquier disposición, precepto  o gnosis. 

El hombre puede reconocer que, detrás del camino y del conocer, en la vida, existen visiones y paradigmas que llevan  a no sólo conocer, sino a saber. Conocimiento del bien y del mal, de lo verdadero y lo falso. Con ambos criterios palpables por todos en la conciencia de cada uno, lo bueno y lo malo son una constante del ser humano. La mano del hombre puede llevar a tener certeza en el aspecto positivo o bueno, pues sólo en lo bueno se puede tener certeza. En lo malo no hay certeza, pues te lleva más al fondo del abismo y no a regresar al piso firme y seguro, por tanto certero.   

Lo cognitivo, es así una premisa del ser humano. Su composición es variable, heterogénea. Las formas de conocer fundamentalmente se rigen por las etapas del desarrollo de la persona. Cuando se es adulto joven, se empieza a desarrollar más el sentido del razonamiento y de la acertada voluntad, una voluntad que va conciliando y definiendo un sentido correcto que nos brinda el camino más iluminado, menos tenebroso. 


¿Cómo conocer y actuar de forma asertiva y con certeza? Hemos de recorrer el camino con detenimiento. El conocer debe ser abierto, no excluyente ni denigrante. El conocimiento no se da a todos. De otra forma, el conocer es imprudente, se desvirtúa. Una vez que conoces con certidumbre, el siguiente escalón es analizar si –ahora– cuándo debes de aplicar lo que sabes, para el bien personal y colectivo

El hacer más cierto y autocognosible el conocer, nos llevará a tierra segura. Como entes que somos –pensantes hemos de salir: sacar fuerzas en medio del abismo que nos rodea, para pensar y saber  el  punto de origen en donde nos caímos, para de ahí retomar el camino y reemprender la caminata. Con rumbo y con gente cercana, saber y aprender asertivamente y conocer lo correcto.